Contrato Temporal: Por qué tu empresa no debe hacerlo
Un contrato temporal es un contrato por el que un trabajador se compromete a prestar servicios durante un periodo determinado de tiempo, generalmente inferior a 3 años.
En el año 2022 se aprobó una nueva reforma laboral que trajo importantes cambios en la naturaleza del contrato temporal. A partir de esa fecha, las empresas están obligadas a hacer contratos fijos o indefinidos en la mayoría de ocasiones, salvo en pocos casos en los que es recomendable utilizar un contrato de los llamados «de duración determinada».
Sin embargo, muchas empresas siguen haciendo contratos temporales porque les parece más ventajoso. Veamos cuáles son las características de ambos contratos y por qué el contrato temporal tiene tantas desventajas para el trabajador respecto a los contratos indefinidos.
¿Qué es un contrato temporal?
Un contrato temporal, conocido a día de hoy como «contrato de duración determinada», es un contrato por el que un trabajador se compromete a prestar servicios durante un periodo determinado de tiempo a la empresa. Generalmente, este periodo es inferior a 36 meses.
En el contrato temporal, las partes establecen de forma expresa la fecha en la que finalizará el contrato. Durante el contrato, el trabajador tendrá los mismos derechos y obligaciones que los demás trabajadores de la empresa.
A día de hoy, y a raíz de la reforma laboral que entró en vigor en 2022, hay pocas situaciones en las que se pueda aplicar el contrato temporal. La mayoría de empresas están obligadas a hacer contratos fijos o indefinidos, salvo en algunos casos específicos.
Por ejemplo, en casos en los que la contratación se produzca como medio para sustituir una baja laboral, todavía es posible realizar uno de estos acuerdos. Lo mismo ocurre en el caso de compañías que tengan picos de producción en épocas muy concretas del año y necesiten ampliar su plantilla para estos momentos.
Desventajas para el trabajador de los contratos temporales
Los contratos temporales tienen muchas desventajas para el trabajador respecto a los contratos fijos o indefinidos. Es por eso por lo que el Gobierno está tratando de limitar la prevalencia de este tipo de acuerdos económicos, de cara a proteger al trabajador.
En primer lugar, el contrato temporal es más inestable que los de naturaleza fija y, por lo tanto, supone un mayor riesgo para el trabajador. Al finalizar el contrato, puede que la empresa decida no renovarlo, con lo que acabaría en situación de desempleo.
Además, a día de hoy se considera que los contratos temporales son menos favorables para el trabajador en cuanto a condiciones laborales. En general, suelen ofrecer peores salarios y menos prestaciones que un contrato fijo o indefinido.
En cuanto a los derechos, también existe cierta discriminación entre contratos. Por ejemplo, el contrato temporal puede dificultar a la persona acceder a la jubilación anticipada porque en muchos casos no se ha cotizado el mínimo requerido para ello.
Por último, decir que los contratos temporales son más difíciles de prorrogar o renovar que los contratos fijos o indefinidos. En algunos casos, incluso, se establece una cláusula en el contrato original que impedirá que el trabajador pueda optar a un nuevo contrato temporal en la misma compañía.
Contratos temporales a partir de 2022
En definitiva, los contratos de duración determinada son menos beneficiosos para el trabajador y más inestables que los fijos o indefinidos. Por eso, a día de hoy, la mayoría de empresas no deberían utilizarlos salvo en contadas excepciones.
Si tu empresa está pensando en contratarte mediante un acuerdo de este tipo, lo mejor será que te informes sobre las nuevas leyes que entraron en vigor en este 2022 y que afectan a este tipo de contratación. De esta forma, podrás tomar la decisión más adecuada para ti y para tu vida profesional.
A día de hoy, la legislación ofrece otras alternativas a las empresas para evitar la precariedad asociada a los contratos temporales. En general, una compañía puede escoger entre dos modalidades distintas de contratación: fija, o fija discontinua. A continuación veremos en qué consiste cada una de ellas.
¿Qué es un contrato fijo o indefinido?
Un contrato indefinido es aquel en el que no se establece una fecha de finalización del contrato, pasando a formar parte el trabajador de la plantilla habitual de la compañía. Esto tiene una serie de ventajas a nivel tanto legal como económico para el trabajador que hacen que sea una opción muy codiciada por la mayoría de empleados.
Por ejemplo, respecto a la estabilidad, el contrato fijo ofrece al trabajador una mayor seguridad en su puesto de trabajo. Y en caso de despido, tendrá derecho a cobrar una indemnización que será mucho mayor que si tuviera un contrato temporal.
En lo que respecta a las condiciones laborales, este tipo de contratos ofrecen salarios más altos y mejores prestaciones sociales y económicas para el trabajador. También suele haber más posibilidades de formación y promoción en las empresas que contratan de forma fija.
Por último, decir que un contrato fijo ofrece al trabajador la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada y otros beneficios legales, como por ejemplo el subsidio por desempleo.
¿Qué es un contrato fijo discontinuo?
Tras las últimas modificaciones legales provocadas por la reforma laboral de 2022, se ha introducido un nuevo tipo de contratación que puede aplicarse para evitar la precariedad asociada a la contratación temporal. Estamos hablando del contrato fijo discontinuo.
Este tipo de contratación se caracteriza porque establece una relación laboral entre la empresa y el trabajador de forma continuada, pero únicamente en periodos determinados del año.
Este contrato puede resultar interesante para aquellas empresas que necesitan personal en épocas puntuales del año o en determinadas circunstancias. Por ejemplo, las compañías de turismo o las empresas dedicadas al sector navideño. Esto son algunos de los sectores donde más se utilizan este tipo de contratación.
En general, estos contratos se hacen por escrito y deben especificar el número de horas que se van a contratar y el salario a percibir. Así como los periodos en los que se prevé que estará vigente el contrato.
¿Qué diferencias hay con el contrato temporal?
La principal diferencia entre ambas modalidades de empleabilidad es que en el contrato temporal el trabajador no tiene garantizado que le vayan a volver a llamar al año siguiente.
Esto significa que, aunque la empresa pueda estar satisfecha con su trabajo, no tiene la obligación de ofrecerle un contrato fijo o indefinido.
O ni siquiera de volver a contar con sus servicios en una nueva época en la que requieran de mayor colaboración.
Esto, por supuesto, supone un mayor nivel de incertidumbre para la persona y la dificultad para poder planificar su vida económica con seguridad.
Por el contrario, el contrato fijo discontinuo otorga al trabajador una mayor estabilidad laboral. Aunque la persona no esté trabajando durante todo el año, sabe que la empresa estará obligada a contar con ella de nuevo en periodos de un aumento de la producción.
Estando así amparada por la ley.
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